¿Y si en lugar de ansiar la felicidad, buscamos, más bien, alegrías compartidas? Dar, entregarse, servir, asumir responsabilidad por los demás. Por la familia, por los amigos, por la comunidad.

Por Enrique Sánchez. 06 agosto, 2021. Publicado en Correo

¡Sonríe! Ese es el imperativo que nos impone la sociedad. Exhibe, a todas horas, tu felicidad. En las fotos, en las redes, en tu perfil de WhatsApp. Oculta tus fracasos. Esconde tus defectos, tu incertidumbre, tus miedos. Haz de tu vida –como los famosos– una película de éxito y jolgorio continuos.

Se nos dice que todo depende de la “mentalidad positiva”. Que el optimismo lo resuelve todo. Que la voluntad es omnipotente (¡si quieres, puedes!). Que todo se puede controlar. Y que no hay sufrimiento que no resuelva un buen libro de autoayuda, un “coach” o un experto en “mindfulness”.

Edgar Cabanas y Eva Illouz critican, en el libro “Happycracia” (Paidós, 2019), esta industria de la felicidad, que nos genera expectativas irreales; que pretende satisfacerlas acumulando experiencias; que alienta una felicidad individual, narcisista, egoísta. Yo, mí, me, conmigo. Mi vida, mi placer, mi carrera, mi dinero, mi salud, mi felicidad.

La realidad es que, aunque podemos llevar una vida sana, no podemos controlar la enfermedad física ni, a menudo, la psicológica (ansiedad, depresión, etc.). Y que en la vida no todo depende de la voluntad. Intervienen las condiciones de partida (biología, familia, formación, entorno social) y el azar.

El sufrimiento –físico y moral– es inevitable. Atravesaremos periodos de tristeza. Y nuestra felicidad nunca será total (siempre nos falta algo, siempre deseamos y desearemos más). No conviene, pues, obsesionarse con la felicidad.

¿Y si en lugar de ansiar la felicidad, buscamos, más bien, alegrías compartidas? Dar, entregarse, servir, asumir responsabilidad por los demás. Por la familia, por los amigos, por la comunidad. Así nuestra vida será fecunda y encontraremos, en el camino, chispazos de felicidad.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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